Locura Pasajera
Tic, toc, tic, toc
El
eco del reloj retumbaba por toda la habitación, llenándola de una extraña
impaciencia. Cosa rara ya que lo que menos quería era que alguien llegara y le
descubriera, pero algo dentro de ella le hacía sentir una inquietante emoción
de que ese alguien viniese y le dijese algo. Sin embargo, ella muy bien sabía
que no era lo correcto. No lo era.
Tic, toc, tic, toc.
El
tiempo pasaba y su impaciencia, se transformaba en angustia. Se paseaba de un lado a otro, mirando toda la
habitación que se encontraba tal como la había dejado hace una hora atrás. Los
cuadernos del instituto, tirados en el suelo rodeados de hojas esparramadas
alrededor. Su uniforme sobre la silla, parecía llamarla a que lo usará una vez
más. La televisión encendida, ponía el canal de las noticias donde ahora
estaban pasando otra melodramática telenovela que reflejada la realidad del
mundo desde un punto de vista emotivo y dramático.
Tic, toc, tic, toc.
Los
segundos volaban de un lado a otro sobre su cabeza, los minutos flotaban a su
lado burlándose de ella al pasar y las horas ni siquiera habían hecho presencia
en aquella habitación. No era el momento de su aparición. Seguía paseándose de
un lado a otro, indecisa, llena de angustia y un posible ocio que lentamente
atormentaba su mente como si su nuevo vicio fuese esperar. Y eso era lo que
menos le gustaba. Y se detuvo frente a la ventana. Observó el paisaje que
figuraba frente a ella. Un par de edificios donde solían llegar miles de
oficinistas por la mañana, para luego salir corriendo del lugar para cuando
llegaba la noche. Un poco más al lado y una pequeña plaza se podía ver llena de
niños jugando y corriendo de un lado para otro, haciéndole recordar a si misma
cuando solía ser una pequeña de esa edad.
Tic, toc, tic, toc.
Lentamente
pasaba el tiempo en aquella habitación. Ahora estaba más calmada, sin embargo
dentro de ella seguía la impaciencia que no quería irse con nada. Se volteó
hacia su escritorio, donde yacía una
hoja de papel doblada en dos que decía con letra legible: <<Lo
siento>>. Y el remordimiento le causó un leve escalofrió en cuanto vio
una luces iluminar su ventana.
Había
llegado el momento.
Tic, toc, tic, toc
Nuevamente
el reloj volvía sonar esta vez marcando las doce en punto de la noche. Sonrió
en medio de la oscuridad ante tal sonido que le produjo una alegría que le hiso
soltar más de un suspiro. Queda poco,
se decía así misma con un poco de emoción en su voz, al notar como la puerta de
la entrada se abría lentamente y dejaba entrar una brisa marina que llegó hasta
su habitación, como si fuera la llegaba del verano.
Dos segundos, un
segundo, medio segundo.
Y
el silencio le hizo compañía a la oscuridad que ya estaba presente en dicha
habitación. A lo lejos, leves pasos
podían escucharse caminar hacia su habitación. Esto le hiso sentirse un poco
culpable, pero la impaciencia ganó la lucha y esperó.
Toc, Toc, Toc.
Se
sintió un leve crujir de la puerta en cuanto su madre quien recientemente había
llegado del trabajo, le había llamado por detrás de esta esperando que su hija
le contestara. Sin embargo solo escuchó el eco del silencio ante sus palabras.
La madre bufó en la oscuridad abriendo la puerta por completo, solo para
quedarse horrorizada con solo poner un pie sobre la habitación de su hija.
-¿Por qué? –Quiso preguntarle si
estuviera con vida.
Pero
solo se conformó con leer aquella nota que estaba sobre el escritorio de su
difunta hija que ahora yacía sobre el suelo sin vida sonriendo mientras
sostenía sobre su pecho otra que decía: <<Fue solo una locura pasajera>>.
By: B. Cross
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