Capítulo 3 <---(pincha para oir la canción del cap)
-¿Hola?- se escuchó al otro lado de la línea telefónica.
-Hola ¿qué pasa?
-¿Dónde estás? Llevas toda la tarde incomunicada…-se empezaron a oír interferencias ¿Sería por estar en el parking?
-Fran, ¿Fran? ¡Fran!- Entonces el móvil cayó fragmentado al suelo.
Lili no había tenido tiempo de reaccionar cuando ya estaba en inconsciente en los brazos de un fornido rubio de ojos negros de casi unos dos metros de estatura. Él había venido por la espalda, de forma silenciosa, apenas su sombra le delato antes de que la joven estuviera adormilada por el cloroformo. Lo había hecho todo según estaba planeado por su amo, había escapado de las cámaras de seguridad, su coche era normal, nada que llamara la atención, y menos esos momentos de vacilación previa el móvil de la joven llevaba desconectado desde que la vio en el centro comercial. La había seguido desde el garaje hasta el cine y luego de nuevo hasta el garaje. Su amo estaría orgulloso, se dijo mientras palpaba la marca de su cuello con cierto orgullo en la mirada.
Lili despertó inconsciente en una calle oscura, no sabía muy bien donde, pero allí estaba, tirada en el suelo, se palpó los bolsillos, ni sus llaves, ni su móvil, ni su cartera. Nada. Bueno sí, una moneda de un euro. Eso era mejor que nada. Se levantó del suelo de forma rápida, lo que hizo que se mareara. Se afianzó en un tabique y comenzó a andar, pronto encontró una cabina de teléfono y no lo dudó, entró y echó su única moneda, marco un número muy conocido para ella y una voz adormilada le contestó:
-¿Quién es?
-Soy yo Fran.
Fran no tardó en llegar aunque el sitio no le sonara de nada, gracias a que existía google maps. Cuando llegó Lili estaba apoyada en la cabina, mirando de forma pensativa el asfalto de la calle, pero cuando oyó el motor de la moto giró y miró al joven con una sonrisa de sincera disculpa, sentía haberlo sacado de la cama a las cinco de la mañana y hacerlo venir hasta allí, pero a él eso no le importaba, la amaba, iría por ella hasta el mismo centro de la tierra. El detuvo la moto y le tiró un reluciente casco negro a Lili, la joven se lo puso y subió a la parte trasera, se aferró a la cintura del joven y él aceleró. Estaban en un polígono alejado de la ciudad. Tardaron un buen rato en llegar a la casa de Lili, el fresco de la madrugada ya la había tomado hasta los huesos y le era inevitable temblar. Fran la abrazó y ambos entraron en el piso.
Una vez dentro Lili fue a la cocina y puso la cafetera en el fuego, luego dio de comer a su perro y se sentó en la encimera ante la mirada pensativa de Fran. Mirada que ella no dudó en sostener. Entonces gesticuló con sus labios un <<gracias>> que a Fran le sabio a gloria.
-¿Qué te ha pasado esta noche Lili?- preguntó sin saber muy bien como hacerlo.
-No lo sé, quede con Zven pero…- no podía contarle lo ocurrido…- discutimos. Ya sabes, el fútbol- puso cara de poker.- Dijo que vivía cerca y me dejó las llaves de su coche antes de irse. Pero como no tenía ganas de venir a casa fui al cine y cuando fui al parking a por el coche me llamaste y luego no recuerdo nada más hasta que me desperté en el callejón.
-No deberías juntarte con el nuevo, no me da buenas vibraciones.
-¿De cuándo entiendes tú de vibraciones? No me quites mi papel de bruja- dijo Lili resultando burlona.
Aunque era cierto, solía acertar con sus predicciones y no le faltaba razón cuando daba su opinión sobre alguien. También acertaba con sus presentimientos.
-Anda brujita échame las cartas, a ver si me sale que seré millonario.
-No pides tú nada…
La habitación solo estaba iluminada por unas cuantas velas, Lili barajaba el tarot mientras Fran jugueteaba nerviosamente con sus manos. Fran cortó la baraja a la señal de su amiga y eligió el montón de la izquierda. Lili comenzó a sacar las cartas y a mirarlas nerviosamente, algo no estaba bien, no podía estarlo, veía cosas muy extrañas y entonces una brisa desconocida apagó las velas, susurrándole en el oído a Lili lo que menos quería oír… Fran moriría, en menos de un mes.
Lili estaba tan aturdida que ni siquiera se enteró cuando Zven la levantó de la silla y la encerró en el baño con él, cerró la puerta y echó el pestillo, encendió las velas del tocador mentalmente y Lili se vio sentada sobre la tapa de WC mirando fijamente a los ojos grises de Zven.
-Hueles a vampiro.
-¿No será tu olor pedazo de burro?
-Hueles a otro vampiro, ¿Mejor?
-Si y no, no puedo oler a otro vampiro si desde que te fuiste solo he estado con Fran.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo justificas esto?- dijo Zven bajando en la zona del hombro la camiseta, dejando al descubierto las perfecta marca de dos colmillos en la piel que comenzaba a ponerse de color púrpura.
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