05 septiembre, 2010

Rt. "Sin Aire"

Sin Aire

Un fuerte impacto se escuchó por todo el lugar. El silencio inundó las calles de un momento a otro. Poca gente solía pasear a tales horas. Ella tendida en el suelo, solo quería cerrar sus ojos y no volver a abrirlos nunca más, la sangre le rodeaba creando el escenario perfecto de un crimen. A su lado su mejor amigo, inconsciente apoyado sobre lo poco y nada que quedaba del auto en el cual hace menos de un minuto andaban.

-¡Elizabeth!

Gritó en cuanto abrió los ojos al ver a su amada y mejor amiga moribunda sobre el pavimento. Un leve pero rápido escalofrío recorrió su cuerpo en cuanto corrió hacia ella con todas sus fuerzas sin importarle su repentino cansancio que le inquiría volver a cerrar los ojos.

-¡Por favor, no me dejes!

Un leve parpadear de la eludida, le hiso volver a sonreír a pesar de las gruesas lágrimas que caían por su rostro pálido. La cogió entre sus brazos como si fuese la última que la tendría sobre estos mientras le susurraba al oído que todo estaría bien.

-Te recuperarás, pero por favor no cierres los ojos.

Le suplicó en cuanto se vio corriendo con ella en brazos en busca de un hospital cercano. Mala suerte la de él, que su celular no tuviera cobertura y menos la batería necesaria para una llamada, aquella precisa llamada que podría cobrar la vida de la persona a la que más quería en el mundo. Seguía hablándole a la pobre chica que lo único que quería era descansar, pero una parte de su mente seguía consciente de que debía luchar.

-G-gracias.

Se escuchó un leve murmullo de sus labios, los cuales estaban poniéndose morados a causa del frio que penetraba en la oscura noche. Él soltó un leve suspiro pero su rostro se tensó al ver que su mejor amiga lentamente cerraba los ojos y su respiración cada vez era más leve, al igual que sus latidos que apenas lograba palpitar en su muñeca.

Mierda, maldijo apurando mas el paso buscando a alguien que lo ayudase, por lo menos para poder trasladarla hacia el hospital y así ella estuviera estable. Pero nada. Al parecer nadie podía verlo correr entre las calles casi desoladas, sino fuera porque pasaba un gato callejero escapando de alguna casa ajena. Y ningún se detenía al verlo pasar a su lado. ¿Qué más podía pasarle?

-Eli, vuelve a abrir los ojos.

Una nota de pánico se escuchó a medida que pronunciaba aquella frase. Sus ojos se abrieron de par en par y se detuvo. A mitad de la calle pero se detuvo. Sostuvo con fuerza el cuerpo de su mejor amiga apegándolo a su cuerpo sintiendo otra vez las lágrimas escurrirse por sus ojos. Ya no había nada que perder ni que ganar. Ella estaba muerta entre sus brazos y él no pudo hacer nada para impedirlo otra vez.

El silencio inundaba la noche, solo podía escucharse la rápida y desenfrenada respiración de su mejor amigo quien estaba con las manos aferradas al volante del auto como si algo malo fuese a suceder. Esto le causó un gran escalofrío que recorrió toda su columna vertebral haciéndola sentarse derecha en el asiento. Hizo una mueca de preocupación y le preguntó curiosa en cuanto el semáforo se puso en rojo.

-¿Qué sucede, Brandon?

Él encogió los hombros dando un gran suspiro solo para contestarle una pequeña frase acompañada de una tranquilizadora sonrisa.

-Me quedé sin aire.

By: B. Cross.

No hay comentarios:

Publicar un comentario